En medio de un contexto económico aún desafiante para muchos hogares, una nueva encuesta reveló que tres de cada 10 argentinos utilizarán el Sueldo Anual Complementario (SAC) para cubrir gastos esenciales, dejando en segundo plano el ahorro, las vacaciones y hasta la compra de dólares.

El dato surge de un estudio de la consultora Focus Market, que evidenció una tendencia creciente: el aguinaldo ya no es sinónimo de consumo ligado al disfrute, sino un instrumento para sostener la economía cotidiana. Según el informe, el 31% de los asalariados destinará ese ingreso a pagar servicios, expensas, cuotas escolares, medicamentos y prepagas.

“El argentino promedio parece tener claro que el disfrute puede esperar. La prioridad, esta vez, es llegar a fin de mes”, explicó Damián Di Pace, director de la consultora, a Ámbito. Esta percepción contrasta con años anteriores, cuando el aguinaldo era aprovechado principalmente para viajes, compras no esenciales o resguardo de valor.

Las vacaciones y el ahorro, en retroceso

Uno de los datos más representativos del cambio de prioridades es la caída del destino vacacional del aguinaldo. Mientras que en diciembre de 2024 las vacaciones encabezaban el ranking de usos previstos, hoy bajaron al cuarto lugar. Esta baja se suma a una tendencia descendente ya observada en períodos anteriores.

“Aunque el panorama macroeconómico actual muestra mayor estabilidad y previsibilidad que en años anteriores, la realidad cotidiana indica que los ingresos aún no alcanzan para cubrir todos los gastos del mes. En otras palabras, el salario se estabilizó, pero sigue sin rendir”, detalla el informe.

El dólar pierde protagonismo

Otro hallazgo relevante es la baja en el interés por la compra de dólares. Tradicionalmente elegida como estrategia de resguardo ante la incertidumbre, esta opción ha perdido protagonismo, incluso entre quienes reciben el aguinaldo.

“Ya no se gasta por miedo a la devaluación. Ni siquiera el dólar es hoy ese refugio automático que solía ser. La urgencia del consumo inmediato, propia de momentos de crisis o devaluaciones inminentes, parece haberse desactivado”, observó Di Pace.

En paralelo, también disminuyó el porcentaje de trabajadores que utilizarán el aguinaldo para cancelar deudas -apenas el 9%- y se registró una merma en el hábito de stockearse en supermercados como mecanismo preventivo frente a la inflación.

El aguinaldo como recurso estratégico

Lejos de representar una oportunidad para gastos discrecionales, el aguinaldo parece haberse resignificado. Según el relevamiento, hoy se lo percibe como una herramienta útil para planificar pagos urgentes, administrar mejor los recursos del hogar y tomar decisiones con más información y racionalidad.

“El aguinaldo, en este contexto, deja de ser una fiesta y se convierte en un recurso estratégico. Ya no se trata solo de gastar o ahorrar, sino de decidir con más calma y foco”, concluyó la consultora.